La pequeña aldea donde los singrul viven en paz y en armonía con la naturaleza y alejados de cualquier tipo de interacción con el resto de razas, enfocados en su peculiar conexión con el reino animal.
Situada en un pequeño claro a los pies de un río que da paso a la frondosidad del bosque, es el refugio perfecto para una raza a la que no le gusta en exceso el contacto exterior. Sus encomiables habitantes, los singrul, se caracterizan por sus brillantes ojos anaranjados y un exótico poder para entrar en la conciencia de los animales y controlar sus movimientos a voluntad.
Desde el hogar multiusos de Murrög, hasta la plaza donde se festejan las fiestas y celebraciones, la aldea singrul es un lugar idílico y tranquilo en el que sus habitantes viven alejados de los horrores del exterior.